top of page
Ricardo Hepp Kuschel
Palabras y piedras sueltas no tienen vueltas
Tal como ocurre con una piedra que se lanza y que ya no puede volver a la mano de quien la arrojó, las palabras erróneas, o las que ofenden -como la mentira, la calumnia y el insulto- no pueden regresar a la boca, como si jamás se hubieran pronunciado. La antigua sentencia sugiere, entonces, prudencia al emitir juicios; recuerda la importancia de ser comedido y, por cierto, insinúa que no hay que hablar sin pensar previamente.
Un tema para hacer más llevadero el prolongado tiempo de pandemia.
bottom of page